LA DEFINICIÓN ABDOMINAL
La función del recto abdominal es: contribuir con la estabilización de la columna lumbar al dar compresión al contenido de la cavidad abdominal, también flexionar la espina dorsal desde las costillas a nivel bilateral y a nivel unilateral produce una inclinación ipsilateral del tronco; otras funciones son el aporte a la contratación del parto y la defecación (pujar), sin dejar de entender que el transverso del abdomen contribuye fuertemente con el vaciado del vientre bajo (defecación y micción).
Cuando se practican los ejercicios de flexión de columna, conocidos con el nombre: “hacer abdominales”, se debe pensar en fortalecer los rectos abdominales y el transverso del abdomen con el objetivo de contribuir a protejer la espalda baja; pero por lo general se realizan con el fin de rebajar peso o tallas, en busca de un “six pack”.
Para conseguir los deseados cuadritos, se nos recomiendan muchas repeticiones de lado, subiendo las piernas desde el suelo y otras formas de entrenar, las cuales arriesgan a que el nervio vertebral se inflame, se produzca una hernia discal, un debilitamiento de tejidos conectivos y hasta un desgaste por sobre uso, impidiendo la captación de oxígeno, responsable de la regeneración celular.
Entonces, ¿cómo un ejercicio usado para fortalecer los músculos abdominales en busca de proteger las vísceras ubicadas en la cavidad abdominal, estabilizando las misma para contribuir con la estibilidad de la espalda baja; puede perjudicar esas zonas?
El problema no viene al ejercitar los rectos abdominales, los oblicuos o el transverso del abdomen, sino hacerlo incorrectamente, también utilizando muchísimas repeticiones en busca de “definir”.
Aunque la columna vertebral tiene la capacidad de rotar, flexionar hacia adelante, extenderse hacia atrás y hacer lateralización hacia los lados (incurvación lateral); no está diseñada para que dichos movimientos sean exagerados ni soportar muchas repeticiones de esa forma.
La mejor forma de tener un abdomen “de película” es:
.. comer bien,
.. hacer los ejercicios abdominales de forma correcta, para no sufrir lesiones en la columna.
En realidad no se necesitan muchos abdominales para conseguir los beneficios en salud. La estética (la añorada definición), es una cuestión de porcentaje de grasa, si la grasa cubre los músculos abdominales, los adorna con célulitis y las aborrecidas “llantitas”, por más abdominales que se realicen, el six pack no relucirá, por lo tanto es mejor prácticar ejercicios que demanden más energía, para lograr consumir más grasa, incluida la grasa abdominal.
Al consumir la grasa con otro tipo de ejercicio diferente al llamado abdominales, como usar las piernas haciendo sentadillas con peso extra, como por ejemplo una barra detrás de la cabeza con discos a los lados, o nadar continuo uniforme, usando todo el cuerpo, para atravesar la piscina, el río, lago o el mar; se obtendrá, más oportunidades de reducir medidas corporales de todo el cuerpo, incluido el abdomen.
Si se involucran ejercicios que demandan mucha energía y la ingesta de comida mejora en calidad; con pocas abdominales, una intensidad controlada, donde se pueda ir incrementando conforme se fortalecen los músculos según el avance del entrenamiento, se irá logrando la definición abdominal, según la forma o estructura de su cuerpo (somatotipo).
El somatotipo dictará la forma o estética del abdomen o los cuadritos, por esa razón podemos advertir en algunas personas, rectos abdominales más grandes, en otras pueden ser más planos o cortos, y no será el ejercicio el que defina la estructura de los músculos abdominales, sino la genética propia de cada persona.