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BIENVENIDOS A MI BLOG DE EQUILIBRIO NATURAL

Mi blog es un sitio, que desea acercar al ser humano a existir, sin vivir desconectado de sus capacidades.

En busca de recuperar las increíbles interacciones entre los campos electromagnéticos – mentales – espirituales y química en el cuerpo.

Para tal fin necesitamos tener conciencia de nuestro sistema límbico, el cual es una parte importantísima de nuestro cerebro que regula las emociones, la memoria y los instintos sexuales.

Las estructuras presentes en el son:
.. el tálamo, situado en la zona central de la base del cerebro hipotálamo, separado por un surco. Interviene en la regulación de la actividad de los sentidos, ayuda en la percepción de las cosas y a discriminar la forma en que vamos a actuar con respecto al entorno…, aun cuando no nos percatemos conscientemente del entorno,
.. el hipotálamo, situado en la zona central de la base del cerebro, abajo del tálamo, controla el funcionamiento del sistema nervioso y la glándula pituitaria para mantener la autorregulación o la capacidad que posee el organismo de mantener un equilibrio, sin necesidad de productos sintéticos como las drogas legales. La autoregulación es la capacidad de adaptación interna del organismo con respecto al estímulo externo; si vivimos en lugares altos donde hay poco oxígeno, el cuerpo compensará aumentando los transportadores de oxígeno que son los glóbulos rojos con hierro = hemoglobina; una persona a nivel del mar puede tener una hemoglobina de 12.5 g/dL y transportar el oxígeno con normalidad, sin “ahogarse”, cuando camina rápido, pero en alturas de 4500 metros sobre el nivel del mar, para transportar el oxígeno necesitará, una hemoglobina de 17.5 g/dL, para caminar sin “ahogarse”.
.. amígdala cerebral, cuya función es reconocer las emociones, conectar con la memoria y los instintos sexuales.

El sistema límbico es el encargado de “leer” los estímulos que son percibidos en nuestro cuerpo en términos de sensaciones, traducidas luego en emociones y respuestas acordes con la lectura previa realizada. A groso modo, cualquier estímulo es “leído y cotejado” en la amígdala, con base en la memoria anterior, con el fin de decidir si se trata de algo agradable, favorable, de fácil o difícil solución, suave, intenso, de respuesta inmediata, etc., en aras de definir si la solución la toma el área del neocortex -análisis, discriminación, elección- o bien el cerebro reptiliano -reacción de lucha, huida o congelación-. Entre todos los estímulos recibidos, algunos constituyen verdaderos gatillos, debido a que las condiciones del estímulo en sí y las memorias asociadas a las mismas, les hace ser reconocidos como verdaderas amenazas para el buen estado, funcionamiento y equilibrio del sistema.

Estos gatillos o detonantes dan paso a diferentes alarmas, alteraciones y disfunciones en el organismo, que usualmente se consideran como un asunto meramente mecánico, es decir, partiendo de que el organismo funciona adecuadamente gracias a su estructura sostenida por la adecuada respuesta química.

Sin embargo, son mucho más que solo eso, pues están presentes interacciones entre los campos electromagnéticos, estados emocionales-mentales-espirituales y química en el cuerpo.

Lo anterior quiere decir, que no somos simples máquinas de estímulo-reacción, en términos de producción energética o ATP con el fin de producir hormonas que controlen nuestra forma de actuar y ya, debido a que toda disfunción proviene de una necesaria “lectura” del sistema límbico = regulación de las emociones, la memoria y los instintos sexuales.

De no haber control del sistema nervioso y la glándula pituitaria por parte del hipotálamo, se perderá la homeostasis o la autorregulación para mantener estable el organismo a lo interno, sufriendo bajonazos de testosterona que debilitan el cuerpo a nivel sexual y muscular, elevando consecuentemente el metabolito conocido como T3 reversa, para bloquear la célula y así evitar que esta reciba el metabolito activador de la célula o T3, para que nuestro cuerpo funcionen bien, generando movimiento y calor adecuado, en lugar de un letargo que se traduce en cansancio excesivo y aumento del peso corporal por elevado porcentaje de grasa corporal, con pérdida de masa corporal, entendiendo que si se pierde la homeostasis (control interno corporal), se eleva la T3 reversa, presentando personas hipotiroideas a nivel inmunológico, aunque los niveles en sangre de TSH, T4 y T3 estén normales.

Ayudar a generar dicha homeostasis en el sistema nervioso y la glándula pituitaria, es un asunto de congruencia entre los diferentes niveles que funcionan en el sistema, lo cual es igual a la consistencia entre lo que se piensa, se siente, se dice y se hace.

Si pensamos algo que nos hace sentir algo, pero decimos una cosa diferente a lo que se pensó y se siente, y al final hacemos las cosas totalmente diferentes a lo que se pensó y se sintió, que por lo general no son las que decimos, el sistema límbico entra en conflicto, realizando órdenes inadecuadas a nuestro sistema glandular e inmunológico.

La idea es aprender que la congruencia es la posibilidad de elevar nuestro metabolismo, que no solo es bioquímica: pH + temperatura + oxígeno + reactivos + catalizadores enzimáticos + catalizadores no enzimáticos = para obtener una respuesta hormonal que ofrezca la posibilidad de un metabolismo eficiente, sino que incluye la interacción con nuestras emociones que agregan BIOENERGIA: BIOENERGIA + pH + temperatura + oxígeno + reactivos + catalizadores enzimáticos + catalizadores no enzimáticos = producto, la cual es una reacción bioquímica mucho más estable al agregar el poderoso recurso de la BIOENERGIA, elevando el metabolismo al lograr, por ejemplo, que un hombre tenga niveles de testosterona de 1080 ng/dL, o una mujer produzca 68 ng/dL, cuando las emociones aportan elementos favorables al sistema.

Sin BIOENERGIA se perderán esos transductores de superconductividad sobreviniendo el desbalance en los planos energéticos, mentales, emocionales, espirituales y físicos.

Entonces, si decidimos que en una reacción química no hay base de BIOENERGIA o electromagnética, restará recursos al pH + temperatura + oxígeno + reactivos + catalizadores enzimáticos + catalizadores no enzimáticos, por lo tanto, el cuerpo no logra solventar por falta de comprensión básica que tiene al frente, creando déficit del recurso bioenergético, sin entendimiento para responder a las diferentes sensaciones emocionales.

La persona no entenderá que le sucedió, que le está sucediendo o le podría suceder.

Si una persona no entiende cómo resolver un conflicto emocional, dará ordenes desde el sistema límbico a nuestras glándulas, de exceso o deficiencia hormonal, por eso las personas que se desesperan por algo que no se puede resolver inmediatamente, por el motivo que sea…, generan exceso o elevadas cantidades de cortisol, en el momento en que el organismo no requiere tanto de esa hormona, hasta producir un síndrome de Cushing o hipercortisolismo, donde la glándula pituitaria sobrestimula a las glándulas suprarrenales a producir cortisol.

En un proceso de mal manejo de los conflictos emocionales se puede dar eficiencias, por ejemplo, en los niveles de DHEA, una hormona esteroide encargada de facilitar la producción de testosterona y estrógenos, ya que no hay una verdadera sostenibilidad en la reacción química, dado que, a falta de entendimiento para resolver una situación de pareja, por ejemplo, podrían tomarse decisiones poco acertadas, al tener que hacer frente a un conflicto emocional no resuelto.

Entonces, aunque la DHEA sea suplementada, sus niveles no suben debido a que la DHEA pertenece al elemento fuego y en medicina tradicional china, fuego es corazón.

Un corazón “roto”, emocionalmente hablando, es un corazón dolido por ruptura de vínculos sentimentales, como la muerte de un ser querido o la separación de un ser amado, ese miedo a la separación genera una frustración e impotencia que alimenta la ira, la cual la podemos ver como fuego creciendo en corazón; en la reacción química es igual a pérdida de oxígeno mitocondrial, generando desbordamiento del O2 por otras vías metabólicas que dan lugar a la producción de muchos radicales libres, los que oxidan el organismo, elevando los niveles de inflamación y perdiendo agua a nivel celular y creando por ende edema debido a retención de líquidos.

Como fuego se controla con agua y el riñón es elemento agua, ésta se evapora en un intento por controlar el exceso de fuego, de modo que el riñón pierde BIOENERGIA. Este es el órgano que controla las glándulas suprarrenales, por estar ubicadas sobre ellos, y son las responsables de la producción de DHEA.

Como resultado de lo anterior la DHEA no logra subir, debido a que el conflicto emocional mantiene al organismo en irresolución y bloquea el fluido natural de la energía. De ese modo la testosterona no puede ser controlada, ni aún bajo medicación.

La DHEA, por el contrario, genera pequeñas subidas de testosterona no sostenidas, en donde la persona no sabe qué le pasa, pues a veces se siente eufórica pero siempre termina deprimida, con algo parecido a una falta de ganas de vivir.

Si logramos entender el comportamiento interno nos fortaleceremos como seres humanos, nos tornaremos más sensibles y conscientes de nuestra condición interior, más claros, comprensivos e íntegros en nuestra conducta, lo cual ofrece una mayor probabilidad de generar sana satisfacción con nuestra forma de ser, al contar con un estado mental-emocional más estable y seguro, que permite a la vez ir de la mano con la vida, aceptando una apertura a las situaciones que ésta puede traer buscando un mayor aprendizaje y desarrollo personal; dos de las necesidades fundamentales para el bienestar de todo ser humano.

Otra de ellas, es el sano cariño, que juega un papel esencial en el crecimiento de cada individuo, debido a que todos requerimos de conexión emocional y de caricias esenciales, ambas básicas para el desarrollo adecuado de nuestro cuerpo, nuestra confianza y seguridad emocional.

El cariño, vendría a ser un súper recurso bioenergético, que funciona a modo de estabilizador de una reacción química, sosteniéndola en todo momento para que el producto sea de buena calidad y no exista un exceso o una deficiencia del producto final como lo es una hormona:  pH + temperatura + oxígeno + reactivos + catalizadores enzimáticos + catalizadores no enzimáticos, que con BIOENERGIA, darán una hormona estable sin sufrir deficiencias o excesos.

La razón de ello es que el cariño permite que nuestro sistema se abra, se relaje y sea capaz no sólo de producir energía, hormonas como oxitocina, dopamina, serotonina que brindan enorme bienestar sino también de apoyar la regeneración, que hace relucir en la persona esa vitalidad y alegría por vivir.

El cuerpo deja de contraerse, con lo que no obstaculiza la respiración celular, lo que es igual a mucho ATP o energía, es decir, no existe ese vaso constricción que impide o disminuye la respiración celular y produce poquísimo ATP que no favorece la regeneración.

Una buena respiración celular o mitocondrial, más una alimentación de alto rendimiento, sumadas al ejercicio físico y descanso adecuado, aumentan las posibilidades de captar más oxígeno mitocondrial celular, para producir grandes cantidades de ATP o energía vital de los seres humanos de modo que son posibles el movimiento, calor y regeneración, lo cual nos aleja sin duda de las enfermedades.