🧈COLESTEROL LDL ATEROGÉNICO POR CULPA DE LOS CARBOHIDRATOS.
La creencia es que el colesterol LDL popularmente conocido como “colesterol malo” debe tener un rango máximo establecido de 130 mg/dL, porque por encima de 200 mg/dL se considera hipercolesterolemia que significa colesterol elevado en sangre, entendiendo así que no es una patología, sino más bien anormalidades en los niveles de lipoproteínas, básicamente por comer tantísimos carbohidratos, los cuales convierten el exceso de azúcar en grasa y fabrican un colesterol LDL pequeño con la característica de que ese colesterol LDL proveniente de los carbohidratos tiende a pegarse en las arterias, cerrando así la luz del vaso sanguíneo que es similar a “taquear” la tubería del fregador de trastos impidiendo que el agua fluya; en el caso del cuerpo humano es que impide el flujo o tránsito normal de la sangre que transporta el preciado oxígeno, encargado de permitir grandes cantidades de energía o ATP para regenerar los diferentes órganos en lugar de infartarlos.
Una causa de colesterol LDL aterogénico o que se pega en arterias, son las personas diabéticas, las cuales registran niveles altos de insulina, ya que a pesar de que sus páncreas fallan en producir la hormona insulina, ésta es suministrada de forma sintética, con la consecuencia de no permitir que el metabolismo se transforme en un excelente quemador de grasa, por el contrario, es un metabolismo débil como quemador de azúcar.
Para que el metabolismo pueda crear un colesterol LDL no aterogénico o un colesterol que no se pegue en arterias, no debe existir niveles elevados de insulina, una persona NO diabética, solo introducirá grandes cantidades de insulina desde su páncreas cuando come carbohidratos, pero si no come carbohidratos el páncreas se relaja y baja los niveles de insulina; por otro lado el diabético introduce insulina sintética por los siguientes medios: vía oral, inyectable o por medio de aparatos introducidos en su cuerpo que la aplican automáticamente; sin embargo existe el problema que muchos aplican la insulina sintética sin saber si en realidad necesitan dicha hormona, entonces para asegurarse de no aplicarla mal, se les recomienda comer carbohidratos antes de tomar o inyectar la insulina, ya que si no come carbohidratos y aplica la insulina, tendrá un bajonazo de azúcar y se descompensará, de esa forma se crea un ciclo vicioso donde la persona se puede mantener diabética consumiendo carbodrogas; lo ideal es que un diabético se levante por las mañanas después de haber ayunado 8 horas durante el proceso del sueño y el cual normaliza los niveles de azúcar en sangre, que NO COMA CARBOHIDRATOS, de esa forma no necesitará la insulina sintética y poco a poco se volverá un cetoadaptado para alejarse de la diabetes tipo ll, rompiendo así el ciclo vicioso.
Se dice que otra causa de colesterol LDL aterogénico elevado es la genética, porque juega un papel importante en los niveles altos de colesterol LDL al realizar mutaciones en el receptor del LDL. El asunto de la genética vendría a ser similar a heredar, por ejemplo, si un muchacho es hijo de una mamá y un papá donde ambos son maratonistas élites procedentes de Kenia con tiempos en media maratón (21 kilómetros varonil en 1:05:29 y 21 kilómetros femenino en 1:17:28); un entrenador de atletismo de alto rendimiento deportivo especialista en el entrenamiento de carreras de fondo, empezará a entrenar al muchacho keniano, hijo de los increíbles padres kenianos, con un entrenamiento dirigido y sistemático, y ha de suponer que su atleta llegará a ser un gran maratonista por herencia de genes en cuanto a características físicas se refiere. En una persona con niveles de colesterol LDL altos y además con un historial clínico familiar de hipercolesterolemia, con dieta basada en carbohidratos donde acostumbran todos los días a comer pan, tortillas, galletas, arroz con frijoles, repostería, refrescos, mieles, mermeladas, papas, yucas, camote, garbanzos, lentejas, y otro tipos de carbohidratos, van aumentar con facilidad los niveles de colesterol LDL, si a esa dieta agregamos el sedentarismo posiblemente los niveles de colesterol HDL “colesterol bueno” o del que lleva el colesterol LDL hacia el hígado evitando que se pegue en arterias serán bajos promoviéndose más la adherencia del colesterol LDL en vasos sanguíneos.
Habitualmente se afirma que la existencia sostenida de niveles elevados de colesterol LDL “malo” por encima de 200 ml/dL, incrementan el riesgo de sufrir eventos cardiovasculares, principalmente infarto de miocardio agudo, sin embargo ningún estudio controlado ha logrado demostrar que la reducción del colesterol LDL utilizando medicamentos estatínicos para inhibir la síntesis de colesterol, pueda prevenir enfermedades cardiovasculares; entendiendo que NO ES RECOMENDABLE BAJAR EL COLESTEROL LDL, PORQUE SE COMPROMETE LA OBTENCIÓN DE NUTRIENTES, muy necesarios en la producción energética para funcionar diariamente y a la vez permitirle a las células regenerarse; lo que sí está claro es que, eliminando los carbohidratos y en su lugar se sustituyen por vegetales no feculosos como, la lechuga, las espinacas, el repollo, el brócoli, los espárragos, el chile dulce, las coles de Bruselas; por carnes como, el salmón, la corvina, el congrio, los chicharrones, el salami, el jamón, las carnes rojas de res, las aves por ejemplo, el pollo, el pavo, el pato, incluidos los huevos; las frutas como las aceitunas, el coco, el aguacate, el tomate; en fin toda aquella comida rica en grasa y colesterol, ha logrado una reducción entre la mortalidad por enfermedad cardíaca y el consumo de grasas en poblaciones como la europea, donde las personas que consume entre un 37% – 41% de grasa en la dieta, han presentado una mortalidad de entre 3 – 150 personas por cada 100.000 habitantes, mientras que de 500 a 850 muertes en las poblaciones que apenas ingieren un 14% – 25% de su energía desde las grasas prefiriendo comer el pan, el arroz, los frijoles, las féculas como, la maicena, la yuca, el camote, el maíz incluidas las tortillas, los cereales comerciales, los diferentes postres, también las bebidas azucaradas como, las gaseosas, los hidratantes comerciales “para aumentar el rendimiento deportivo”, el chocolate con azúcar añadida, el agua dulce, los jugos de frutas con índice glicémico alto, las bebidas alcohólicas con azúcar como, el ron con coca cola, bebidas alcohólicas con jugo de naranja como el vodka con jugo de naranja, los cócteles que traen miel y frutas, también se deben evitar las leguminosas como garbanzos, frijoles, petit poas, lentejas, etc.; las golosinas como, los confites, los chicles, los chocolates con azúcar, las papas tostadas, los plátanos tostados, los pretzels, los nachos, los multigranos, los marsmellows, las donas, los queques; la quínoa terriblemente utilizada en lugar de proteína animal.
La lista de alimentos antes mencionada sin carbohidratos, es un alejamiento importante de una dieta “equilibrada” y en lugar de consumir un 65% de carbohidratos, 20% de proteínas y 15% de grasas, se le da vuelta a la pirámide alimenticia, para dar una oportunidad al organismo de comer como el ser humano está diseñado a alimentarse, entendiendo que somos más fuertes consumiendo grasas, para pasar a un 65% de grasas, 20% de proteínas y un 15% de carbohidratos.
Si las personas cambian de 65% de carbohidratos a 65% de grasas, la posibilidad de dejar de consumir estatinas para bajar la producción de colesterol LDL aterogénico, está a la vuelta de la esquina; la razón vendría a ser porque sus niveles de colesterol se han normalizado, porque el colesterol LDL ahora es grande y robusto para no pegarse en arterias o ambos aspectos a la vez.
Con el cambio a ingerir grasas en lugar de azúcares, el metabolismo tiene materiales o recursos para aumentar la producción de energía (ATP), ya que las grasas son mejor aprovechadas por las células permitiendo a las mitocondrias por medio de la respiración celular producir inmensas cantidades de energía por ciclo aeróbico (147 moléculas de ATP) convirtiendo a los seres humanos más fuertes y sanos al conseguir un metabolismo salvaje que no depende de medicamentos porque nos regenera constantemente.