EL DEPORTE Y EL ENTRENAMIENTO DE LA FUERZA.
Podemos observar que muchos entrenadores de fútbol, natación, atletismo, etc., entendiendo que no son todos. Al inicio de los programas o al inicio de las temporadas de entrenamiento, cuando el atleta se encuentra en las etapas, preparatoria general y preparatoria específica, aparte del programa especializado en los diferentes deportes, llámese natación, karate, voleibol y otros, como por ejemplo en el atletismo donde se practican carreras de medio fondo, que van desde los 800 metros, hasta los 3000 metros, y las de fondo, que van desde los 5000 metros, hasta los 10000 metros, la media maratón de 21 kilómetros con 97.5 metros y la maratón de 42 kilómetros con 195 metros, una práctica común para entrenarse en la carrera, es el trote continuo uniforme. Ese trote continuo uniforme, se realiza con una frecuencia cardiaca similar en todo el tiempo que se entrene corriendo, utilizado para adquirir una base aeróbica, es decir, una elevada hemoglobina, que son glóbulos rojos con hierro para transportar el oxígeno, más fuerza muscular al corazón, más cantidad de mitocondrias que capten el oxígeno y una mayor vascularización, para enviar mayor cantidad de oxígeno, desde los alveolos pulmonares, captados por los glóbulos rojos con hierro hacia las células.
Entonces, las etapas de entrenamiento:
.. preparatoria general,
.. preparatoria específica,
.. pre-competitiva y
.. competitiva, van acompañadas por programas de fuerza, donde la base es realizar trabajos contra resistencia, utilizando en su mayor parte pesas u otros sistemas, que ejerzan una resistencia.
Sin embargo esos trabajos de fuerza, no especifican el tipo de fibra muscular que se desea estimular, ya sean fibras musculares blancas o de contracción rápida, tipo llB, reclutadas por el sistema nervioso, para actividades donde la resistencia física es baja, pero la contracción es fuerte, como levantar mucho peso una vez, fibras musculares rosadas o de contracción medianamente rápida, tipo llA, donde la resistencia física es intermedia, como una carrera de 800 metros planos y fibras musculares rojas o de contracción lenta, tipo l, donde la resistencia física a la fatiga es alta, como una carrera de 42 kilómetros con 195 metros.
Tampoco podemos advertir en esos programas de fuerza (contra resistencia), el estrato muscular que se desea trabajar; entendiendo por estrato muscular, la ubicación y profundidad de los músculos con respecto al hueso. Así, los músculos conocidos como multífidos, que van unidos a las apófisis espinosas y a las apófisis transversas de las vértebras, son nombrados transversos espinosos, y pertenecen al estrato profundo muscular, los romboideos que están ubicados entre la columna y el borde medial de la escápula u omoplato, pertenece al estrato medio muscular, ya que están más superficial que los multífidos, pero por debajo del trapecio que está sobre los romboideos, perteneciendo éste último músculo al estrato muscular superficial; quiere decir, que la capa muscular superficial, se marca o se puede mirar sobre la piel, si el porcentaje de grasa es bajo y la el porcentaje de masa muscular es alto; lo que se conoce en estética deportiva, “estar fit”.
Los músculos que dan estabilidad a la columna, que se mueven poco, pero soportan el balance, como los multífidos, son el estrato profundo, entendiendo que todos los músculos ayudan a la estabilidad activa y aunque los romboideos tienen mayor movilidad que los multífidos estos abducen las escápulas para evitar en gran parte la cifosis o joroba ganada por malas posturas en personas que laboran frente al computador diariamente aproximadamente 8 horas.
Al principio de los programas, los entrenadores envían pesas, en las etapas preparación general, preparatorio específico y muchas veces en la etapa precompetitiva; pero faltando unos 3 meses para competir eliminan los trabajos contra resistencia, quitando las pesas u otro sistema de fuerza.
El objetivo errado para eliminar los trabajos de fuerza, es considerar que mucha masa muscular puede quitar velocidad, flexibilidad, disminuyendo la coordinación por cargar mucho peso en masa ósea y masa muscular. Ese pensamiento viene a raíz de que muchas personas solo piensan en entrenar el estrato superficial, como, por ejemplo: pectorales, dorsales, deltoides y muchos otros. Y que el enfoque de las pesas va dirigido únicamente a las fibras blancas de contracción rápida o las que tienden a hipertrofiar, como es el caso de los fisiculturistas.
Un ejemplo fácil, son los maratonistas (42 kilómetros con 195 metros), un tipo de atleta muy delgado, con poco porcentaje de grasa, poca masa muscular, huesos delgados, por lo tanto, pesa poco. Si la persona pesa poco, es más fácil desplazarse, ya que, la poca masa que posee facilita la carga corporal que transporta; sin embargo, un maratonista debería hacer pesas todo el año.
Lo que sucede con los trabajos de fuerza es que no son exclusivos de la hipertrofia muscular, ya que existen trabajos de fuerza para las fibras rojas de contracción lenta y de resistencia, fibras rosadas de contracción media que asisten a la fuerza de resistencia y a la fuerza de muy poca resistencia, como son las fibras de contracción rápida o blancas.
Por lo general un maratonista elite, nunca trabaja la hipertrofia muscular, básicamente las fuerzas que entrena son, la fuerza general, con repeticiones de entre 12 y 15, la fuerza máxima, con repeticiones de entre 4 y 6, y la fuerza de resistencia, con repeticiones de 1:20 min y mucho énfasis en los estratos intermedios y profundos, sin dejar de entrenar las pesas en músculos del estrato superficial como por ejemplo el tibial anterior ubicado delante del hueso de la espinilla.
Entrenando la fuerza todo el año, los músculos del maratonista tendrán más estabilidad activa, protegiendo al atleta de movimientos intra articulares innecesarios, como, por ejemplo, que la rodilla tenga cajón anterior o que el hueso de la tibia o espinilla se adelante con relación al hueso fémur de arriba, cuando se bajan cuestas.
Esa estabilidad activa muscular se aumenta al entrenar la fuerza del maratonista y le brinda un mayor soporte articular, no solamente cuando entrena, sino para soportar una carrera en competencia de 42 kilómetros con 195 metros, sin lesionarse.