EL CORAZÓN NO DEBERÍA COMER CARBOHIDRATOS, PREFIERE COMER GRASA Y ÁCIDO LÁCTICO.
Cuando se entrena duro muy duro, como correr a mucha velocidad, para llevar al corazón a frecuencias cardiacas de entre 150% a 200%, y lo comparamos con personas sedentarias que desean iniciar actividad física cardiovascular, donde se les recomienda una frecuencia cardiaca de entre el 65% al 85%, y el corazón en reposo late unas 60 a 70 pulsaciones por minuto; llevarlo a 258 pulsaciones por minuto es una actividad física cardiovascular muy dura.
Si el atleta de alto rendimiento que entrena con pulsaciones tan altas en trabajos mixtos de 30 seg fuertes alternados con 30 seg suaves por 5 min, calculando pulsaciones de 200 latidos por minuto en la parte fuerte y 130 latidos por minuto en la parte suave del entrenamiento, pero acostumbra a comer azúcar como fuente principal de energía, entendiendo que, si se hidrata con gatorade, powerade, etc., y además come geles de carbohidratos, este atleta definitivamente estará comiendo azúcar.
Comer azúcar, mezclada con el lactato en sangre que se produce por la actividad máxima de correr a 200 pulsaciones por minuto durante 30 seg, impedirá que el calcio se fije al músculo y en consecuencia se da una falta de contracción muscular, por eso hay fatiga muscular.
Es por esta razón que el ejercicio con esfuerzos máximos debe bajar su intensidad a esfuerzos submaximales, ya que con azúcar es muy difícil mantener el ritmo maximal; si se desea correr con un ritmo de 2 minutos por kilómetro durante una maratón de 42 kilómetros, se debe comer grasa no carbohidratos, de esta forma el ácido láctico puede funcionar como energía en ejercicios de gran demanda energética.
Cuando los atletas de alto rendimiento llevan al corazón a trabajos duros maximales y no comen carbohidratos y en su lugar consumen grasas saturadas; el corazón en trabajos suaves submaximales de 130 pulsaciones por minuto comerá grasa como fuente principal de energía, y en trabajos duros maximales, comerá ácido láctico como fuente de energía principal, en lugar de ingerir azúcar (gatorade).
El corazón no es muy hábil para consumir azúcar, lo prefiere como última opción, como cuando se está sufriendo un infarto del miocardio.
Si existe gran intensidad en el ejercicio cardiovascular el láctico aportará el 50% de combustible del corazón.
Si se entrena o compite sin respirar, como son las pruebas de 100 metros planos, 25 metros de natación estilo libre, salto de jabalina y otros, habrá una utilización de energía a nivel anaeróbico, es decir, se debe mover la persona mientras no respira y para lograrlo debe tener energía o ATP, la cual está disponible para ya en los músculos.
Si el ejercicio es muy alto o maximal y dura más de 20 seg., la forma de producir ATP se dará sin oxígeno o por medios anaeróbicos, y lo que queda de ese ciclo metabólico anaeróbico es ácido láctico, elevando los niveles de lactato en sangre. Entonces en trabajos donde se repite la intensidad por más de 20 seg., como correr unas 15 veces a 30 seg., y a frecuencias cardíacas de 200 pulsaciones por minuto, el ácido láctico empieza a subir y a acumularse en sangre; la persona deja de entrenar o baja el ritmo, como es el caso del entrenamiento cardiovascular mixto, donde se corre muy rápido fuerte para elevar el lactato y se corre lento suave para recuperar.
La recuperación o el descanso activo después del entrenamiento, sirve para que el ácido láctico se convierta en ácido pirúvico cuando se puede respirar con menos esfuerzo; ya convertido en ácido pirúvico, pasa a acetil CoA y de esa forma entra a la mitocondria para producir ATP o energía por medios aeróbicos o respirando (ciclo de Krebs).
Si el atleta come grasas logra y entra al ciclo de Krebs, producirá 144 moléculas de ATP y si come azúcar y entra al ciclo de Krebs, producirá 38 moléculas de ATP.
La acumulación de ácido láctico es uno de los procesos que se entrenan para aumentar el umbral del lactato en sangre; ese aumento del umbral es lo que EVITA que un atleta élite (entrenado sistemáticamente), baje el ritmo mientras corre maratón, notándose una velocidad por kilómetro de 2 minutos, sostenida durante 42 kilómetros. Si el lactato en sangre evita la fijación de calcio en el músculo y eso afecta la contracción muscular, definiéndose como fatiga muscular, donde debemos descansar o bajar el ritmo en un atleta bien entrenado; comiendo grasas sucede hasta un 60% menos, mejorando el desempeño deportivo gracias a NO CONSUMIR CARBOHIDRATOS, convirtiéndose en un súper atleta comedor de grasas o un cetoadaptado.