LOS BEBÉS Y SU ENTRENAMIENTO EN NATACIÓN
Como la natación es un deporte tan seguro para movernos, porque no existe la aceleración, es decir, las contracciones tienen la misma velocidad concéntrica (cerrando) y excéntrica (abriendo)= isotónica, las articulaciones no se golpean y los músculos no se someten a tirones; eso evita movimientos auxotónicos.
En voleibol por ejemplo, hay contracciones auxotónicas, cuando un jugador bloquea, debe hacer una contracción excéntrica (abriendo) y mantenerse estirado y muy tenso sin cambiar la longitud del músculo (contracción isométrica); eso es muy violento a nivel articular.
Un bebé que tiene aun articulaciones frágiles, no puede hacer contracciones de deportes como el fútbol, baloncesto, voleibol y muchos otros deportes.
En el agua el bebé no hace movimientos bruscos o explosivos, más bien lleva la misma velocidad en las flexiones, extensiones, abducciones, rotaciones, etc, porque el peso del agua así lo determina, dando contracciones isocinéticas donde la velocidad y la intensidad de la contracción se mantienen, protegiendo literalmente las articulaciones del bebé mientras las fortalece.
Esta facilidad en el agua, para evitar movimientos bruscos, hace que el contacto del bebé con sus padres sea especial, ya que es un medio de por sí similar para el niño que viene de la matriz y de soltura para sus padres que pueden jugar libremente con el bebé sin el temor de lastimarnos, el resultado es un fortalecimiento de vínculos afectivos y un despertar de capacidades motoras del bebé (estimulación temprana).
Fuera del agua la estimulación temprana de capacidades motoras y el fortalecimiento articular se vuelve un poco más difícil de ejecutar.