ESTANCAMIENTO DEL QI MUSCULAR.
Una contractura muscular que provoca una lumbalgia, una tortículis, un hombro congelado, debe ser tratada.
Los chinos le llaman estancamiento del qi, y lo relacionan así: “el río tiene una dirección, pero si hay una presa, el agua se estanca y no fluye”.
Romper la piel con una aguja de tres filos y colocar una ventosa de vidrio o fuego sobre la piel que sangra, crea un vacío de succión, movilizando gran cantidad de sangre hacia la ventosa, permitiendo la entrada de sangre a la zona contraída que no está respirando, para que esta vuelva a captar el oxígeno; esa es la analogía que utilizan los médicos en medicina tradicional china, para indicar que quitar la presa en el río hace fluir el agua y restablece el curso normal del río.
Los occidentales dicen: una contractura no deja circular la sangre, se llena de dióxido de carbono (sin oxígeno), que genera concentraciones y produce ácido láctico, ese ácido láctico tiende a necrosar la célula; la ventosa levanta la piel con una gran succión, liberando miofacialmente (separación entre la piel y los músculos), relajando y quitando la vasoconstricción (cerramiento de los vasos sanguíneos), entrando sangre con oxígeno para que la célula respire, como terapia primaria, se elimina la isquemia y el cuerpo empieza a producir mucha energía o ATP, para regenerar, quitando la contractura y devolviendo la movilidad al cuello, hombro, espalda baja y otras partes del cuerpo “congeladas”, que dejan de moverse por estancamiento del QI o no producción de ATP.