🥯EL CARBOHIDRATO INFLAMA EL CUERPO.
Si come y come y sigue comiendo carbohidratos la inflamación aparecerá, es una reacción natural de nuestro organismo de defenderse en contra de agentes invasores para combatir un agente extraño y dañino que entró en un cuerpo limpio y perfecto como son: los virus, las bacterias, los hongos y el azúcar.
El azúcar o el carbohidrato en altas dosis, donde se sobrepasan los 60 gramos de carbohidratos diarios, tienden a no ser compatibles con el sistema o la fisiología humana.
Más de 60 gramos de carbohidratos, como por ejemplo 100 gramos diarios, es mucha azúcar para que las grasas funcionen como fuente principal de alimentación, pero a la vez es muy poca glucosa para obtener las calorías necesarias requeridas por el metabolismo para vivir y regenerar. Significa que ni hay suficiente azúcar ni grasa disponible para obtener energía.
Por arriba de 100 gramos, como por ejemplo 400 gramos diarios o más de carbohidratos, son suficientes calorías para vivir, sin embargo, no todo se utiliza como fuente energética. Mucho carbohidrato no se puede procesar, por lo tanto, el metabolismo lo va a almacenar.
En una dieta equilibrada se recomienda un 65% de carbohidratos diarios; un 65% de carbohidratos es mucha azúcar diaria, la cual nos mantiene inflamados. La inflamación que produce el 65% de carbohidratos por día, repercutirá en el metabolismo ya que la inflamación es diaria para convertirse en algo crónico.
Cuando la inflamación es constante y permanente, el sistema inmunitario se alerta, y esto es una respuesta innata cuando el organismo sufre alguna lesión o infección. Cuando el tejido dañado se recupera, la inflamación desaparece, pero cuando la inflamación no se desactiva y deviene crónica, perjudica severamente al tejido, donde puede provocar un ataque al mismo cuerpo para convertirse en una enfermedad autoinmunitaria.
Entonces notamos molestia en el colon, al sufrir constantemente distensión, muy similar a inflar un globo de los largos para hacer figuras de animalitos, espaditas o sombreritos en ferias o circos.
Esa inflamación constante del colon puede crear permeabilidad en la zona, ahora el intestino deberá combatir bacterias que vienen por el tracto interno y por fuera de él, esa condición altera tanto las defensas que pueden atacar la hormona tiroides que de por si está inflamada al comer tantos gramos de carbohidratos, ahora la tiroides tiene un ataque constante del sistema defensivo para provocar hipotiroidismo de Hashimoto.
Si se continúan las dietas “equilibradas” para desayunar el mortal cereal con frutas de lunes a lunes porque se recomienda como lo “ideal”, porque es mejor quitar las grasas poliinsaturadas, para enredar el asunto y afirmar que las grasas engordan; sin entender el trasfondo, donde el cereal y las frutas para desayunar es tanta azúcar ingerida, que una vez ingresado en el cuerpo, éste estará diabético e inflamado y por ende necesitará de la insulina, que como función salvadora del diabético comedor de cereal y frutas, permite que el azúcar elevada en sangre ingrese a la célula para convertirla en energía si se requiere, al igual que en glucógeno hepático y en glucógeno muscular. Si no se requiere se va almacenar como grasa para engordar, y a la vez se activará hasta 16 biomarcadores de inflamación.
Mantener el organismo inflamado por consumir carbohidratos daña los tejidos para favorecer a que aparezcan enfermedades como: el asma, la artritis reumatoidea, la psoriasis, la esclerosis múltiple, las enfermedades cardiovasculares, el Alzheimer, la diabetes tipo ll y el cáncer. Además, el carbohidrato por presencia de insulina guardará el azúcar en grasa y la grasa ingerida la almacena para engordar y esa gordura es una clara imagen de inflamación crónica. La presencia de grasa excesiva colgado por todo el cuerpo activa la producción de unas proteínas, llamadas citoquinas, involucradas en los procesos inflamatorios, que terminan por promover la resistencia a la insulina.
Ese cambio de ingesta de azúcar en forma de cereal y frutas, en lugar de consumir grasa en forma de huevos, aguacate o carne, la cual, no necesita de la hormona insulina, responsable de no utilizar la grasa y en su defecto almacenarla o convertir el excedente de carbohidratos en grasa para engordar, hace que el cereal con frutas engorde e inflame, mientras que los huevos, el aguacate y la carne, al no requerir de la hormona insulina, esa grasa se va utilizar como fuente energética, y no se va a depositar subcutáneamente para adelgazar mientras desactiva biomarcadores de inflamación para desinflamarse y empezar a regenerar la hormona tiroides por ejemplo, ya que el sistema inmunitario dejará de combatir o atacar.
Con la ingesta de carbohidratos existirá inflamación permanente, que contribuirá con enfermedades cardiovasculares como presión arterial elevada la cual aumenta el riesgo de accidente cerebro vascular, más conocido como derrame, dolor articular, cansancio excesivo y la pérdida de la lívido.
Si existiera una fórmula sería: Carbohidratos al 65% = inflamación = lesión en vasos sanguíneos (destrucción endotelial) y otros tejidos x inflamación crónica = mucha ansiedad por adicción al azúcar = carboadictos y pérdida de la autonomía = fármaco dependientes y esclavos de la industria alimentaria.
Toda esa propaganda de cuidar las calorías cuando las necesitamos para regenerar y funcionar al comer light, harinas, refrescos, azúcar, mieles, frutas en dosis altas, aceites de soya, aceites de maíz, aceites de girasol y toda esa super comida, como la chía, la avena, la granola y otras comidas procesadas que “facilita la vida”, es lo que nos lesiona por dentro y se refleja por fuera. Ya que un brócoli no nos va dañar, pero algo inventado por el ser humano como una galleta, o un pan, nos va a inflamar.
Comer carbohidratos como lo hacemos en dietas equilibradas para mantener el cuerpo inflamado, es similar a fumar, ser alcohólico, drogadicto o tener sexo todos los días con diferentes personas y no usar un anticonceptivo de barrera como el condón, no existe ninguna diferencia en consumir azúcar y jugar ruleta rusa.