POSEEMOS EL MISMO METABOLISMO QUE EL SER HUMANO ANTIGUO
Nuestro metabolismo es el mismo que poseían los seres del pasado que eran nómadas, lo que ha cambiado es nuestra forma de vivir. Sin embargo, nuestro cuerpo todavía entiende que tenemos que comer raíces, algunos frutos con pocos gramos de carbohidratos, que aún hay que correr o movernos rápido para atrapar el desayuno.
La fisiología de nuestro sistema solo se adapta porque dormimos en una cama, con cobija bajo techo y no necesita quemar calorías para calentar el cuerpo, pero si dormimos a la intemperie al igual que muchos nómadas se adaptará inmediatamente quemando muchas calorías para calentarnos.
Él se adapta y en realidad no espera que por las mañanas nos levantamos con mucha pereza, para abrir el refrigerador y comer alimentos procesados donde se mezclan las grasas con los azúcares, para luego ir en carro hasta la oficina y sentarnos por horas frente a un escritorio.
Es de lógica que un cuerpo tan eficiente para soportar fríos, hambre al no poder carroñar, cazar algo o encontrar raíces y a la vez tener que moverse todo el tiempo para escapar de ser comido, comer o migrar; tenga un sistema súper bueno de almacenamiento de energía y que la mayor cantidad sea en grasa ilimitadamente.
El asunto de almacenar grasa no es un problema de nuestro metabolismo, es una forma de subsistir, para seguir funcionando y tener la capacidad de volver a comer, a esa capacidad se le conoce como supervivencia, la cual nos ha dado la capacidad de la no extinción.
El problema no es almacenar grasa, es que en poco tiempo cambiamos nuestra forma de conseguir el alimento y las cosas que necesitamos. En realidad, somos seres totalmente de movimiento; toda nuestra estructura anatómica – fisiológica está diseñada para tener libertad de movimiento, poder alimentarnos con grasa y dejar el cuerpo sin ingesta de calorías por muchas horas para consumir el almacenamiento de grasa que se ha adquirido cuando se logra comer (metabolismo eficiente).
Sin comida y con la posibilidad de quemar grasa el metabolismo es capaz de seguir rindiendo como verdaderas máquinas de movimiento y calor.
En nuestro tiempo el cuerpo sigue haciendo lo mismo para lo que fue diseñado; el error es la forma en que lo sometemos a vivir:
.. mucho sedentarismo, algo para lo que no está diseñado,
.. alimentos procesados donde se mezclan los azúcares con las grasas, donde las digestiones no están diseñadas para resolver eso de forma limpia,
.. y lo peor, es que los niveles de estrés son idénticos o mayores a los de los nómadas, la diferencia era que un nómada sentía estrés y lo liberaba. El estrés libera adrenalina y cortisol, estás hormonas desplazan la grasa al vientre bajo para ser fuente energética, el nómada la utilizaba para cazar, pelear por su vida o correr para no ser la cena de otro. Nosotros nos estresamos detrás de la laptop, desplazamos la grasa al vientre bajo y seguimos sentados.
Entonces nos preguntamos, por qué cuesta tanto bajar los rollitos, las llantas o los ñongos, por qué no logro perder peso y cada vez me engordo más.
Una vez que nos cuestionamos, es cuando sometemos nuestro cuerpo a dietas “equilibradas” rigurosas donde contamos calorías y reducimos diariamente hasta 500 calorías como si eso funcionara para bajar de peso y a la vez sin sacrificar el metabolismo, el cual pierde recursos para regenerarse, por lo tanto, el mismo se baja y con ello se pierde músculo, hueso, algo de grasa y se ralentizan las funciones de los órganos.
Contar calorías para perder peso, es algo que solo los más valientes tipo samurái, pueden resistir en una era donde la mala moda de comer azúcar o carbohidratos nos ralentiza el metabolismo. Tratar de vivir comiendo azúcar en una reducción calórica, es lo más insano que se le puede hacer a un metabolismo diseñado para movernos y comer grasa. Comer carbohidratos y restringir las calorías es tan deficiente, que el primero en reclamar es el cerebro que necesita aproximadamente unas 600 calorías para funcionar y la carecer de calorías nos empezará a hablar, con dolor de cabeza, mal genio, mareo, ansiedad aumentada, en dietas tipo “bajé hasta 10 kilogramos por mes”, donde se suprimen hasta mil calorías de un cálculo matemático que determina un aproximado de calorías que un ser humano gasta para vivir, dependiendo del sexo, el tamaño, el peso y las actividades que realiza.
Entrar a contar calorías desde la desesperación, por estar engordando y querer quitarse el sobrepeso y las “llantas” que se han adquirido al acumular muchos carbohidratos en dietas mal diseñadas y muchos meses de sedentarismo, en cuestión de pocos meses, es un mal manejo de la salud.
Si se restringen calorías a un metabolismo que necesita calorías para funcionar, puede que se dé una pérdida rápida de peso corporal; pero perder libras de más con reducción calórica en dietas “equilibradas” es un método insano a largo plazo, porque hará que el metabolismo baje sus funciones para adaptarse a las pocas calorías, si la persona come más calorías, aunque sea el mínimo y se pasa de 200 calorías, en una dieta diseñada con 1500 calorías a las que se sometió, y ahora consume 1700 calorías, esas 200 calorías, irán derechito a formar los rollitos que trató de eliminar y el peso perdido se vuelven a recuperar con facilidad.
Hay que comprender que estamos diseñados para dos cosas:
1. No podemos comer azúcar como fuente primaria de alimentos, ya que el exceso de calorías más la presencia de la hormona insulina, encargada de metabolizar el azúcar, no permite quemar la grasa almacenándola y el exceso de azúcar ingerida la convierte en grasa, mientras que el consumo de grasa aislado al consumo de azúcar, no necesita hormona insulina, por lo tanto el cuerpo sube el metabolismo y quema todas las calorías que necesita a partir de las grasas, con ello sube el metabolismo y a la vez adelgaza, por convertirse en un quemador de grasa.
2. El ser humano posee muchas e increíbles articulaciones, las cuales nos permiten una libertad de movimiento, eso sumado a muchas cualidades físicas como la fuerza, la resistencia, la flexibilidad, la agilidad, la velocidad y la potencia, todas entrenables para ser seres de movimiento increíbles; es por eso que caminar, saltar, agacharnos, estirarnos, encogernos, es parte vital de nuestra fisiología.
En otras palabras, somos máquinas de movimiento diseñadas para sobrevivir, muy eficientes guardando energía en forma de grasa. Una “dieta equilibrada”, con restricción calórica, si te baja el peso rápido, pero con el riesgo de adquirir una osteoporosis, desgastes prematuros, daño a los riñones y sobre todo la posibilidad de frustrarse, porque a la hora de volver a comer con mayor cantidad de calorías para regenerar lo que se ha desmejorado en busca de controlar el sobrepeso, este se va a recuperar.
Las dietas milagrosas no existen, lo mejor es comer de la forma en que nos diseñaron, sin carbohidratos y con grasa de origen animal, igual a los hombres antiguos que cazaban el desayuno o la cena, se comían toda la carne y la grasa del animal y se movían siempre, para realizar la actividad física diariamente, sin importar bajar muchos kilos por mes, porque al poseer ese metabolismo salvaje donde se queman las calorías que necesita utilizar dependiendo del estrés, físico, biológico u emocional, entendiendo que si un día necesita 3000 mil calorías las obtendría, otro día 2000 mil calorías y las obtendría, otro día 1500 calorías y las obtendría, otro día 3600 calorías y las obtendría, así sucesivamente para dar soporte y protección a un metabolismo que no es estático, sino dinámico al cual no se le pueden determinar 1500 calorías diarias, porque el día que requiera 3000 mil calorías para regenerar, empezará a colapsar para hacer un metabolismo vulnerable al estrés.