💓ESTIMULACIÓN PARA DEJARSE VIBRAR.
El cuerpo fue creado para ser disfrutado y deleitarse de él plenamente. Es fuente de satisfacciones diversas, sensaciones de distinta índole, placer y hasta malestar.
La capacidad tan amplia y variada con la que se nos dotó para sentir desde los niveles más superficiales hasta los más profundos es gracias a una increíble, profusa, especializada y sensitiva red de inervación nerviosa de fina y alta construcción.
A pesar de que nos hemos acostumbrado mayormente a los estímulos recibidos mediante los cinco sentidos, su percepción va más allá de manera que es capaz de percibir, captar y experimentar las frecuencias sutiles que nos hacen vibrar a niveles profundos y poco perceptibles a simple percepción.
Estamos hechos para sentir y vibrar, para tocar y ser tocados, acariciar y ser acariciados, estimular y ser estimulados, explorar y descubrir la naturaleza sensible del cuerpo que se nos dio. Por eso disfrutamos plenamente de caricias, abrazos, besos, tocamientos suaves y aún intensos, presiones específicas, masaje, movimiento de manos y diversidad de estimulación que nos producen un sinfín de sensaciones y están acompañadas por la producción interna de sustancias bioquímicas. Éstas nos llevan a relajación, quietud, tranquilidad, como sucede cuando al estar presente GABA o norepinefrina o, por el contrario, una respuesta de levante de energía, con presencia de endorfina, glutamato, serotonina y aún fuerte y variable excitación gracias a testosterona, estrógenos y dopamina.
Finalmente tenemos la oxitocina, la cual es indispensable para producir bienestar, cercanía, deseo, aumento de sensaciones, disfrute, placer, conexión, intimidad y hasta compenetración.
Gracias a ella los cuerpos se suavizan, ablandan y abren generando una disposición para la estimulación sensorial y la experiencia de la sensualidad, un tipo de energía que recorre nuestro cuerpo cuando nos sentimos dispuestos a explorar y descubrir la posibilidad de desarrollar un lenguaje corporal sentido y compartido, capaz de llevarnos a sentirnos vivos y plenos, energizados y alcanzar de ser posible, el orgasmo cerebral.
Podemos empezar creando un ambiente que invite al cambio de estado ánimo usual reduciendo la tensión, propiciando soltar la carga de siempre y nos permita irnos deslizarnos hacia el deseo de un encuentro placentero y altamente sensual.
Puede incluirse música, olores, colores atrayentes y sugestivos con el fin de fluir hacia la apertura del sentir y la estimulación que va surgiendo en el ir y venir del encuentro de los cuerpos, entre caricias, rozamientos, tocamientos y el juego que seamos posibles de crear.
Por eso buscamos y nos gustan los apapachos, abrazos sostenidos y caricias diversas como forma temprana de estimulación sensorial. Todos son fundamentales en la intimidad, pues llevan a la apertura, a ese lenguaje que nos conecta con nosotros y la otra persona para disponernos al encuentro a sentir a dar y recibir energía de índole diversa.
La apertura es la oportunidad de hacer puentes que nos lleve a la sincronía. Sin necesidad de expresar con palabras lo que queremos, las caricias ofrecidas dicen y comunican a una y otra persona, lo que se busca compartir más natural y espontáneamente permitiendo crear una “lectura” con sólo sentir a la pareja.
El sexo con cariño lleva a lo sutil lo cual despertará nuestro cuerpo. Los gestos delicados de amor incrementan la profundidad que hace vibrar a las parejas, ideal para despertar, sentir con más profundidad, avivar la pasión, excitar para aumentar el deseo sexual de ambos.
Si estamos con la persona que deseamos buscamos disfrutar de todo su ser, tocar su rostro, el cabello mientras lo olemos, entrar en su cuero cabelludo y deslizar en él nuestras manos hasta hacer sentir escalofríos que recorran la frente, la nuca haciendo vibrar las orejas, besar y morder suavemente la nariz, logrando así estimular las suprarrenales que relajan las rodillas y las caderas.
Pasar la lengua suavemente a los lados de los labios intensificará la relajación, y no dejar de lado las orejas que se muerden suavemente en su parte posterior para eliminar el estrés, de modo que el escalofrío en el cuello continúe por la columna hasta las lumbares para unirse a las suprarrenales y los riñones que empezarán a elevar la testosterona aumentando la libido y potenciando los órganos genitales, elevando la energía vital.
Pasar suavemente las uñas a los costados de los pechos hasta las costillas mientras besamos profundamente el centro del pecho con intensión de penetrar el hueso esternón, logra que el pecho se expanda para meter mucho oxígeno a los pulmones y con eso dirigirlo por todo el cuerpo para despertarlo.
Oler y besar suavemente la línea media del cuerpo hasta la pelvis concentra el flujo sanguíneo y la inervación será incrementada en la pelvis y el piso pélvico relajando los órganos sexuales apoyando el incremento de su capacidad para recibir placer oral y coital.
Las caderas a los lados son zonas que se disfrutan si se aplica apretoncitos, el glúteo medio es una zona carnadita deliciosa a la palpación, por lo que tomarse el tiempo para sentir su anatomía dará mutuo confort, es un músculo que contiene gran cantidad de energía vital sexual.
Continuar con la zona lumbar central y a nivel del sacro, ideal para morder suave y profundamente, entonces la sensación subirá desde coxis hasta cráneo despertando y restaurando la médula espinal.
Las nalgas son una de las zonas que si se masajean dan una sensación de relajación extrema y su anatomía al igual que las caderas a los lados o glúteos medios contiene gran cantidad de energía vital sexual, es por esa razón que invitan no solo a masajear con movimientos de amasamiento, sino morder con suavidad todo su contorno y utilizar las uñas, para estimular el nervio ciático, promoviendo la vibración por debajo de las puntas de las nalgas recorriendo la parte posterior del muslo hasta los talones.
Los hermosos dientes son aliados poderosos si se desea transmitir energía placentera. Son tan poderosos para la vida que los animales los usamos para cazar, triturar, alimentarnos, intimidar, lucir agradables y hermosos, la energía que contienen es pura vitalidad y sensualidad.
Las uñas son el punto final del corazón y lo que transmiten al igual que los dientes, es puro poder que, comunica intención placentera elevando la libido.
Si se estimula el nervio ciático, la fosa poplítea, que se encuentra detrás de las rodillas se volverá muy sensible, oportunidad para morder con suavidad esa zona y pasar a los lados de las rodillas para recorrer la parte interna de los músculos hasta llegar a la ingle y dado que el nervio ciático es eléctricamente sensible morder el talón y el tendón de Aquiles será una experiencia muy placentera que recorrerá toda la columna desde los pies. Mordisquear éstos suavemente, principalmente en el empeine y a los lados nos relaja y produce intenso bienestar y placer.
En fin, no requerimos de un protocolo para acariciarnos solo dejarnos llevar por lo que sentimos ya que nuestro cuerpo nos guiará.